Disfruté bailando, fui yo, me expuse tal cual era. Me daba igual si les gustaba o no, con mis brazos, mis manos y mis gestos, con mis fallos y mis aciertos, ¡vivan los fallos! mis miedos y sin ellos.
Mi momento pirada de pinza".. ¡presente!, que maravilloso, salió a flote mi capacidad de improvisación.
Pero lo mejor de todo.... es que fui yo, con cero competencias, eso si con muchas ganas de saber mis valoraciones.
¡Que sorpresa me llevé! todo lo que sabía que fallaba, quedó reflejado ahí, en unas notas. Realismo con uno mismo ante todo.
Sólo me he presentado a dos concursos y el día que deje de sentirlos así jamás me volveré a presentar. Lo he vivido igual que el otro (en el que no quedé nada), entré con una sonrisa y me fui con la misma, eso si un poquito más intensa. Tal vez será como lo yo lo vivo pero si eres de l@s que vives con realismo este tipo de pruebas te amino totalmente a enfrentarte a ellas.
A mi personalmente me hacen innovar, y por tanto crecer, vivir la competición como lugar para la superación te quita mucho estrés y te hace trabajar. Al final, no es más que trabajo con un toque de suerte.
“Si un jugador tiene miedo a perder en una competición, nunca podrá tener un juego creativo.”
David Bronstein
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