Como ya he comentado en alguna ocasión me apasiona enseñar, soy feliz viendo crecer y aprender a la persona que tengo en frente, lo ADORO.

Las horas para mi se pasan como minutos,  minutos cargados de conocimientos. No creo en ser "ratilla" a la hora de enseñar y no entiendo alumnos que me cuentan como otros profesores no les enseñaban todo lo que podían. ¿Cómo te puedes guardar información?

Volviendo a mi pasión, me emociono... si me cargo de ejemplos, mis manos y mi cara cobra vida personal y todo mi cuerpo intenta transmitir ese conocimiento: me des-estructuro para volver al origen, mi voz se eleva ante la emoción. Para quien  me conoce... sabrá que es así. Mis manos para arriba y para abajo unidas a esas miradas y ejemplos de la vida cotidiana. Puedo en muchos momento resultar cómica, ¡da igual! todo vale mientras puedan aprender :)

Efectivamente, creo que en la enseñanza a través de la representación mental y la experiencia. Pensar sobre ello, filosofar si hace falta sobre un movimiento. Repito, todo vale, aunque parezca ridículo para aprender.

Y ¿qué es para mi educar? John Dewey no me lo puede poner más fácil en pocas palabras:

“Educar es enseñar a pensar, no qué pensar” 
(Artículo El maestro como intelectual)

Efectivamente, las enseño a pensar. Y si hay dificultad en ello presento las posibilidad de como afrontar ese reto exponiendo todo un abanico de posibilidades para que ellas mismas generen su propio conocimiento, para que sepan educar a su cuerpo.

Pensar  Pensar  Pensar ....


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